jueves, 27 de noviembre de 2008

Economía Feudal

La economía feudal se caracteriza por la ruralización de la producción y la subsistencia. Las ciudades pierden protagonismo en la vida económica y social. Las pocas urbes que hay están directamente vinculadas al cultivo del campo y al mercado local.

La agricultura

La agricultura y la gran propiedad fueron las bases de la economía feudal. Mientras la población se mantuvo en cifras bajas no fue necesario ampliar la superficie de cultivo, pero a partir del siglo XII se hicieron necesarias nuevas roturaciones. Las técnicas de cultivo continuaron siendo las utilizadas en la época romana, salvo en el mundo islámico, que desarrolló la técnica del regadío, con nuevos instrumentos, como la noria.

El artesanado

El artesano es un figura vital en las comunidades medievales; ya que la mayoría de ellas deben procurarse sus propios aperos de labranza, paños y los útiles cotidianos.

Desde el siglo XI los artesanos comenzaron a agruparse en cofradías de ayuda mutua. Estas cofradías estaban alentadas por la Iglesia y consagradas a un santo o virgen. Las cofradías comenzaron a reglamentarse por estatutos, algunos de ellos privilegiados, y acogían artesanos de distintos oficios. Paralelamente se crearon los gremios, con artesanos del mismo oficio, o de oficios complementarios, que reglamentaron la producción y el aprendizaje. Los regl

amentos de los gremios regulaban desde cómo y con qué se debían hacer los productos, hasta los precios. Se intentaba evitar el fraude y la competencia irresponsable. Cada gremio tenía sus maestros, inspectores y cajeros, elegidos cada uno o dos años.

El comercio

Uno de los tópicos más arraigados de la Edad Media es que el comercio desapareció totalmente. Nada más lejos de la realidad. Si bien es cierto que la actividad comercial disminuyó, sobre todo la internacional de productos de poco valor añadido, ni mucho menos desapareció. Lo que ocurría era que, en gran medida, las rutas comerciales no estaban en manos cristianas, sino musulmanas. El comercio siguió siendo importante, en productos no ubicuos, como la sal o los metales, y los artículos de lujo, de alto valor añadido. El comercio a larga distancia está abierto, pero es escaso. Este comercio se organiza en torno a dos ejes fundamentales: el Mediterráneo y el Báltico e interior del continente. Después de las oleadas de las invasiones el comercio se recupera, en los siglos VI y VII. Es la época de esplendor de Bizancio. A partir del siglo X el co mercio vuelve a tener un auge importante.

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